Miles de migrantes que viajan a pie desde Honduras rumbo a Estados Unidos, se desplazaron el sábado por Guatemala, en tanto se preparaban para llegar a México, la próxima frontera a sortear en busca de mejores condiciones de vida, que anhelan recibir del futuro gobierno de Joe Biden.
Unos 6 mil migrantes consiguieron cruzar la frontera en El Florido, 220 kilómetros al este de Ciudad de Guatemala, luego de que cedieran los controles policiales anoche. La cifra fue entregada por el Instituto Guatemalteco de Migración.
Hoy, aún había más migrantes agrupándose con la intención de ingresar por esa frontera, según reportes oficiales.
De acuerdo con un jefe de la policía, se decidió abrir el paso después de constatar que en el grupo había muchas familias con niños, por lo que no se utilizó la fuerza para contener el avance, a pesar de la existencia de un decreto que lo permite. La caravana pasó por alto el requisito de presentar documentos y una prueba negativa de Covid-19.
Camino a México
Tras descansar en los alrededores, varios grupos se adentraron en territorio guatemalteco, llegando hasta Jocotán, departamento de Chiquimula fronterizo con Honduras. Algunos fueron en busca de instituciones de apoyo al migrante, mientras que otros recibieron ayuda de la Cruz Roja y del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
«Decidí ir a Estados Unidos porque en mi país no hay trabajo, no hay nada. Obligatoriamente tengo que salir, porque la pandemia y los huracanes hicieron destrozos en el país», explicó el hondureño Carlos Flores, de 20 años.
Los migrantes decidieron huir de una Honduras golpeada por el paso de los huracanes ‘Eta’ e ‘Iota’, en noviembre, y la falta de empleo causada por la pandemia, que se suman a los males endémicos de un país acribillado por la violencia asociada a las pandillas y el narcotráfico.
Casi todos llevan mochilas con pocas pertenencias y en su mayoría visten sandalias. En el trayecto es común escucharlos corear «fuera JOH», iniciales del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, a quien responsabilizan de su situación.
«He venido a pie, sin dinero, sufriendo. Gracias a Dios ya vamos aquí en Guatemala, ya para salir (a Estados Unidos)», dijo a la prensa Agustina Rodríguez, de 40 años.
La mayoría partió la madrugada del viernes desde la estación de autobuses de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, lugar habitual donde inician las caravanas.
«Vinimos unos 400 (en su grupo), unos agarraron por otros lados, se desperdigaron todos. Me tocó pasar unos ríos, con la ropa mojada que aquí llevo. Cuando nos han regalado comida, hemos comido y, cuando no, pues hemos aguantado el hambre», agregó Agustina.
La mayoría va a pie y algunos piden un «aventón». En su trayecto aún se toparán con varios controles policiales dentro de Guatemala antes de llegar a la frontera con México, que ya adelantó que «no permitirá el ingreso irregular de caravanas de personas migrantes» y desplegó 500 agentes en Chiapas y Tabasco, estados fronterizos con Guatemala.
Tras recorrer 450 kilómetros dentro de Guatemala, el grueso de la caravana intentará entrar a México por el paso fronterizo de Tecún Umán (suroeste), según detalló la oficina de Migraciones.
Fuente: Milenio