Guerrero regresó al semáforo naranja tras estar 15 días en color amarillo, y aunque las medidas de prevención como la sana distancia y el uso de cubrebocas siguen vigentes, solo meseros las acatan en su totalidad durante la vida nocturna en Acapulco.
El aumento de contagios pone en riesgo el cierre de bares nuevamente.
«Estamos con la inquietud, con el nervio siguiendo todas las medidas de seguridad: caretas, cubrebocas, gel sanitizante, lavándonos las manos; con cada cliente que atendemos vamos, destapamos una cerveza, regresamos a lavarnos las manos, agua y jabón.
Pero por más que nos cuidemos tenemos esa inquietud de que si cierran o no cierran. Desgraciadamente estamos preocupados porque nosotros dependemos de esto», comentó Diana Cosme, quien trabaja como mesera.
Para cientos de personas, el cubrebocas o la sana distancia no son importantes, solo unos cuantos clientes son los que usan las medidas de prevención para evitar contagios.
Operativos de la Guardia Nacional y Protección Civil se realizan en la noche para vigilar que los establecimientos cumplan los requisitos para operar; sin embargo, hasta el momento no ha habido ningún establecimiento clausurado por faltar al reglamento, según las autoridades.
Por la mañana, la situación en las playas no cambia: grupos de gente conviviendo como si el coronavirus no existiera; además, aunque los dueños de negocios y trabajadores hacen lo posible por cumplir, los visitantes a las playas son quienes no acatan las normas.
Aunque Guerrero pasó al semáforo naranja, el Gobierno del Estado anunció que no habrá restricciones durante toda la semana debido a los compromisos turísticos, y será hasta el 21 de septiembre cuando se anuncien nuevas medidas.
Fuente: Excélsior