El ejército de Birmania dio este lunes un golpe de Estado, después de años de poder compartido entre el gobierno civil de Aung San Suu Kyi y los militares, todavía muy poderosos en el país.
En las primeras horas del lunes, el ejército detuvo a la nobel de la Paz y al presidente Win Myint.
Declaró el estado de emergencia por un año y colocó a generales en puestos clave.
Los militares llevan varias semanas denunciando fraude electoral en las elecciones legislativas de noviembre, que ganó por amplia mayoría la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de Aung San Suu Kyi.
La LND obtuvo el 83 por ciento de los 476 escaños en el parlamento, pero el ejército afirma haber descubierto 10 millones de casos de fraude electoral y ha pedido a la comisión electoral que publique las listas electorales para verificarlas, lo que esta no ha hecho.
El martes, en rueda de prensa, el portavoz del ejército no descartó que los militares tomaran el control del país.
Los temores aumentaron aún más el miércoles, después de que el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, sin duda el hombre más poderoso de Birmania, dijera que la Constitución podría ser «revocada» bajo ciertas circunstancias.
El ejército declaró el estado de emergencia por un año y prometió la celebración de elecciones «pluralistas, libres e igualitarias» cuando termine este periodo. Asimismo, los generales ocuparon los puestos principales.
Myint Swe, quien dirigía el poderoso comando militar de Rangún y actual vicepresidente de Birmania, se convierte en presidente interino por un año, un cargo principalmente honorífico.
El control «legislativo, administrativo y judicial» recae en Min Aung Hlaing, que ahora concentra casi todos los poderes.
Este golpe, condenado por la comunidad internacional, no es el primero: desde su independencia en 1948, Birmania ha estado gobernada por regímenes militares durante casi 50 años. Ya hubo dos golpes de Estado, en 1962 y 1988.
Fuente: Agencias