De acuerdo con las últimas cifras de la Universidad Johns Hopkins, ya han muerto más de un millón de personas por la pandemia de Covid-19 a nivel mundial, esto nueve meses después de que estalló la crisis que devastó a la economía global, puso a prueba la determinación de los líderes del planeta, confrontó a la ciencia con la política y obligó a las multitudes a alterar la manera como viven, aprenden y trabajan.
“No es solo un número. Son seres humanos. Son personas que queremos”, dijo el doctor Howard Markel, profesor de historia médica en la Universidad de Michigan que ha asesorado a funcionarios del gobierno en la respuesta a la pandemia y quien perdió a su madre de 89 años a causa del Covid-19 en febrero pasado. “Se trata de nuestros hermanos, nuestras hermanas. Son personas que conocemos”, añadió. “Y si no tienes ese factor humano justo frente a ti, es sencillo que se vuelva abstracto”.
La desoladora cifra, de acuerdo con registros de la Universidad Johns Hopkins, es mayor a la población total de Jerusalén o de Austin, Texas. Es dos veces y media más grande que el público que asistió a Woodstock en 1969. Es más de cuatro veces superior al número de muertos que dejó el terremoto y tsunami de 2004 en el Océano Índico. Y es sólo ligeramente menor a la población de la zona urbana de Querétaro.
Y aun así, casi seguramente no refleja el número total de casos debido a las pruebas de diagnóstico y a los reportes inadecuados o insuficientes, y al supuesto encubrimiento de decesos en algunos países.
La cifra sigue en aumento. En promedio, se reportan casi 5 mil decesos al día. Partes de Europa ya están siendo afectadas por una segunda oleada, y los expertos temen un destino similar para Estados Unidos, donde se han registrado cerca de 205 mil fallecimientos, o uno de cada cinco a nivel mundial. El número es, por mucho, el más alto en todo el mundo a pesar de los recursos médicos y económicos del país.
Fuente: Agencias