El sector salud cerró el sexenio anterior con irregularidades por 5 mil 761.1 millones de pesos.
En la Cuenta Pública 2018, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó anomalías en el Issste, el IMSS y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) relativas a salida irregular de medicinas, incumplimiento en la distribución de monederos electrónicos, sobrecosto en obras y opacidad en contrataciones.
El Issste pagó 420 millones de pesos a una empresa por monederos electrónicos cuya totalidad nunca recibió, ni acreditó su entrega a los derechohabientes. Además, desembolsó 9.4 millones adicionales para atender quejas de los trabajadores que tuvieron problemas con los saldos de sus monederos. Aunque estuvo al tanto de esta irregularidad, no gestionó la recuperación del monto.
En el INER hubo pérdidas por 1.8 millones de pesos en la salida de farmacia de sulfato de morfina y citrato de fentanilo, utilizados en cuidados paliativos. La ASF detectó que se tramitaron recetas alteradas para sacar estos derivados de opioides.
En total fueron emitidas por sulfato de morfina 121 prescripciones y fueron alteradas a 205, mientras que en el caso del citrato de fentanilo se dieron mil 611 recetas y se alteraron mil 871.
En materia de obra pública, el INER no aseguró las mejores condiciones de precio y oportunidad en la realización de dos obras.
La primera corresponde a la adecuación del área de almacén de víveres, farmacia y mantenimiento operativo, por 10.6 millones de pesos, más cara, cuando tenía una oferta por 8.2 millones.
La segunda en el reforzamiento y adecuación de barda perimetral de piedra, por la cual se asignaron a un contratista 2.1 millones de pesos, 1.1 millón más que otra propuesta.
En tanto, el IMSS no pudo explicar 4 mil 023 millones de pesos en contrataciones, al no tener un sistema que integre el registro y control de los pedidos de bienes.
Fuente: Excélsior