Un fin de semana ‘de locura colectiva’ en la Italia del coronavirus y la apertura de la vida social desde el lunes 18, convirtió a la fiesta en el primer gran problema de orden público desde que se inició el 21 de febrero la pandemia.

Prácticamente en todas las ciudades miles de jóvenes salieron a la calle, se sacaron los cubrebocas obligatorios, cantaron, bailaron, bebieron demasiado y se pelearon a golpes entre ellos y con los vecinos que protestaban contra los “incivilizados».

La policía logró con esfuerzos contenerlos y los alcaldes de al menos dos docenas de ciudades dijeron que adoptaran de inmediato nuevas restricciones.

Las ganas de salir de casa tras dos meses de cuarentena, de “nueva normalidad” ante el temor por la amenaza mortal de la pandemia, junto con abundantes excesos alcohólicos, transformaron sobre todo el sábado y la madrugada de este domingo hasta las 5 de la mañana en un escenario de inédito desorden que se propagó por las ciudades y centros menores.

En Nápoles el “lungomare”, la larga costanera, se convirtió en un escenario de “locura colectiva”, como denunciaron los vecinos que corrían a grabar con sus celulares a los revoltosos, que reaccionaban agrediéndolos.

A las once de la noche, al cerrar bares reabiertos el lunes 18, miles de jóvenes se lanzaron en autos, motos o a pie por el “lungomare” con la música a todo volumen.

En Perugia, centro de Italia, se registraron hechos violentos. Dos grupos de jóvenes pasados de alcohol discutieron y se enfrentaron a golpes en la plaza Dante.

El presidente de la región véneta, una de las más castigadas por la pandemia, dijo que “hay demasiada fiesta y estoy dispuesto a volver a cerrar el Véneto como con la cuarentena, porque los jóvenes irresponsables ponen en peligro la seguridad de todos y el aumento de los contagios”.

En Roma fue desbordado el vasto control policial que impedía los excesos juveniles aunque en menor medida que en otras regiones.

Multitudes en playas

Las playas fueron la contracara pacífica, sonriente, de la juerga ruidosa y hasta violenta. De hecho este fin de semana comenzó la estación del veraneo, aunque oficialmente se iniciará en junio.

Un fin de semana soleado, con un calor moderado en esta primavera, pobló con cientos de miles de personas las playas en toda Italia, que posee ocho mil kilómetros de costas.

En la costa de la Romania, con centro en Rimini, se desplegó una enorme multitud.

El alcalde de Palermo, donde también hubo un fin de semana con fiestas y miles de personas en las playas, declaró que “espero no tener que cerrar partes enteras de la ciudad por el aumento de contagios”. Agregó que “estoy dispuesto a hacerlo si siguen los excesos”.

“La salud está primero y ninguno puede jugar con la vida de los otros”, advirtió.

Fuente: Agencias