Cuando era niño, Pablo Ramírez nunca pensó en estar preparándose para unos juegos paralímpicos para representar a México en Tokio en la disciplina de remo, aun menos tenía idea de que se enfrentaría en una reta de lagartijas en pleno Zócalo de la Ciudad de México; sin embargo, la vida del oficial daría muchos giros inesperados.
Era uno de los días de descanso, o como los oficiales le llaman un día franco, y circulaba en su motocicleta, una de sus más grandes aficiones, sobre una avenida en el Estado de México. Metros más adelante había ocurrido un accidente donde se encontraban unas ambulancias y varios vehículos hacían fila para incorporarse a los carriles habilitados.
Pablo disminuyó su velocidad y se paró atrás de uno de los carros formados y mientras miraba el espejo midiendo el momento en el que podría cambiarse de carril, un carro lo sacudió. El automóvil no había alcanzado a frenar y lo prensó contra el que estaba enfrente.
«Esa versión me la contaron a mí porque yo no me acuerdo de nada. Estuve en coma muchos días y desperté en una sala de urgencias, de ahí fue algo muy largo ya para mí, se me hicieron los días muy largos, por qué, porque cada ocho días entraba en cirugías y tuve 28 cirugías hasta que me dieron la noticia de ‘o tu pierna o tu vida'», cuenta el policía vial.
Después de perder su pierna, Pablo se sintió deprimido por todo lo que le pasaba, al no tener una de sus extremidades vio pocas sus posibilidades; sin embargo siempre tuvo el apoyo de su familia y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
«Tuve un lapso donde sí me sentía triste donde me veía y decía ‘oh me hace falta una pierna, pero aprendí algo: me dijo mi familia acéptate a ti mismo, cree en ti mismo y todo normal y sí así fue. ‘Eres, sigues siendo y seguirás siendo el Pablo de siempre», cuenta.
Pablo usó una prótesis que le ha ayudado a caminar; sin embargo, el proceso no fue sencillo. Él narra que es todo un proceso y que esta experiencia es como la de un niño que tiene que aprender a caminar.
«Es un proceso, ahora si que como niño, tienes que gatear, tienes que cargar tus pasitos, igual, yo tuve que empezar de cero. No es lo mismo de que me puse la prótesis y voy a caminar como antes, es muy diferente, tu equilibrio es totalmente diferente. Yo quería dar un paso y me caía, tienes que mantener el equilibrio, otra fuerza. Es como si volvieras aprender a caminar», narra.
De acuerdo con información de la Secretaría de la Seguridad Ciudadana, desde su infancia Pablo practicó atletismo, ciclismo y acrobacia freestyle en pista y a partir del accidente continuó con el atletismo y empezó a practicar remo.
Cuatro años después del accidente, su fisioterapeuta lo presentó con la entrenadora nacional de remo, Alejandra Menzi y a partir de ese momento comenzó a escribir sus éxitos en el deporte.
Las ganas de Pablo por ser un jugador paralímpico que representará a México en la categoría de remo empezó luego de una regata en la pista Virgilio Uribe donde volvió a sentir una sensación de competencia en una línea de hit.
«El sentir esa sensación de que te den el punto de salida y vas compitiendo y que ahora tú eres el motor y que vas así, punta a punta, es una emoción increíble que realmente hago la invitación, deberían de practicar y experimentar este deporte. Es muy bueno y aparte completo te deja una sensación de que dejas todo tu potencial, todo lo que das. Realmente necesitas practicarlo o conocerlo para que sepas de lo que estoy diciéndote», platica.
El remo es una disciplina muy exigente donde se maneja fuerza, resistencia, velocidad, por lo que al dominar esos elementos, la meta de Pablo fue acortar sus tiempos para clasificar en una competencia como los juegos paralímpicos.
Las medallas de Pablo
Pablo Ramírez Lemus, junto con su compañera Ángeles Britany Gutierrez Vieyra, obtuvieron el tercer lugar en los 12° Juegos Internacionales de Remo Paralímpico, en la ciudad de Gavirate, Italia; asimismo clasificaron al Campeonato de Remo Paralímpico en Bulgaria.
Fuente: Milenio