Mónica García Villegas, exdirectora del Colegio Enrique Rébsamen, dijo que el tiempo le dará la razón de que es inocente, luego de haber sido sentenciada a 31 años de cárcel y a un pago de casi 11.5 millones de pesos por la muerte de 26 personas tras el derrumbe del colegio el 19 de septiembre del 2017.  En una carta, aseguró que quiso mucho a los menores que perdieron la vida y que culparla no los traerá de vuelta.

Desde el penal de Santa Martha Acatitla, donde cumplió ayer 57 años de edad, acusada de homicidio culposo y responsabilidad de obra, Mónica García Villegas manifestó en el texto que «es momento de continuar la búsqueda de la verdad, pero también de eliminar a quienes puedan estar dañando el sistema con pretensiones y irreales», pues «no se puede confundir la justicia con la venganza y el dolor no justifica la ambición».

En el documento leído por su abogado Rosendo Gómez, expresó que en todo este tiempo que ha estado en la cárcel ha conocido a personas que, como ella, «atravesamos un calvario de injusticias y he aprendido que la mejor forma de enfrentar la adversidad es con la frente en alto».

Además se pronunció por el fallecimiento de los 19 menores y siete adultos, de quienes dijo son «ángeles a quienes quise mucho, mis niños y mis trabajadores».

«Literalmente la tierra me lo arrebató cuando se estremeció como lo hizo. Yo también los extraño, no quise que murieran y culparme no los traerá de vuelta».

De acuerdo con la maestra, durante estos tres años ha sido víctima de acusaciones injustas y «persecuciones malintencionadas de una Fiscalía desesperada por la respuesta unos padres de familia que tienen derecho a la verdad».

Mónica García cuestionó haber sido declarada culpable previo al aniversario del sismo, y reiteró que de ningún modo es culpable; en ese sentido, apelará la sentencia de 59 años de cárcel que algunos padres de los menores fallecidos han solicitado, así como el pago de 5 millones de pesos por cada víctima.

Fuente: Milenio