Toluca
Entre goles, entrenamientos y sueños de campeonato, una figura inesperada se ganó el corazón del Deportivo Toluca y su afición: “Once”, una perrita callejera que apareció en las instalaciones del club y terminó por convertirse en su talismán.
La historia de Once comenzó de manera discreta, merodeando los entrenamientos del equipo. Sin embargo, su carisma y simpatía pronto llamaron la atención de los jugadores, quienes la adoptaron como parte del grupo. Desde entonces, su presencia se volvió habitual no solo en las prácticas, sino también en los partidos clave de la temporada.
El vínculo entre Once y el club se fortaleció con el paso de las semanas. Aficionados compartieron imágenes, memes y videos donde la perrita aparecía como símbolo de buena suerte y compañerismo. Incluso, las redes sociales del club hicieron eco del fenómeno, mencionándola en publicaciones que reforzaron su popularidad.
Más allá de lo anecdótico, Once se convirtió en un símbolo de unión dentro del vestidor escarlata y un recordatorio de que las historias más simples pueden encender el ánimo de una afición. Su nombre, dado por los fans en referencia al número de jugadores en el campo, ya es parte de la narrativa emocional del equipo durante su destacada racha hacia el título.
La historia de Once refleja no solo el amor por el futbol, sino también la capacidad de un equipo y su comunidad para encontrar inspiración en los lugares más inesperados.